La negociación en nuestra vida diaria.

Evidentemente en nuestra vida cotidiana pues no podemos negociar el precio de pan como si estuvieran en el el Gran Bazar en Estambul, pero nos surgen situaciones en los que hay que negociar ciertas cosas y quizá ni somos conscientes de que estamos negociando en sí.

Imaginemos que acabamos de hacer una reforma en casa y estamos eligiendo muebles. Es muy probable que a la hora de comprar los muebles te hagan precio en la tienda de muebles que si vas picando un poco en todas. Aquí se podría negociar el precio de los muebles si quieren que les compres más, que seguramente sea lo que buscan.

Cualquier persona que trabaje en la hostelería, encargado de los pedidos, se ve en negociaciones muy a menudo para sacar las bebidas al mejor precio, intentar que te regalen algo. Cada uno expone lo que quiere y finalmente siempre se suele llegar a un acuerdo. 

Siempre que compremos un coche de segunda mano existe la posibilidad de negociar el precio a diferencia de un concesionario. 

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