
Comparto la afirmación ya que vender algo intangible puede ocasionar desconfianza, esto lleva a que si ya es difícil de por sí ganársela de un cliente en poco tiempo, que es el que disponemos, a esto se le suma que el producto es un servicio, algo que no se puede ver pero de lo que se puede disfrutar. Se tiene que fiar de las opiniones que el vendedor le dé al respecto o de las opiniones de otros usuarios, sabiendo de antemano que cada persona es un mundo y tiene diferentes gustos. A esto se le suma que la implicación del vendedor es mayor, ya que su venta del servicio depende de su capacidad de comunicar, la formación que posea sobre técnicas y su personalidad.
Cuando nos llaman a la puerta para vendernos un servicio como el gas, todos tendemos a cerrar la puerta ya que llevan consigo un simple papel con números, datos y algún que otro gráfico.
Por otra parte si llamara a nuestra puerta un vendedor de aspiradoras, y puedes ver físicamente el producto, es muy probable que se venda por si solo si ha encontrado a la persona idónea y el momento perfecto para vendérselo. En este caso con un poco de capacidad de comunicación es muy probable que la venta sea inmediata.
Creo que con este ejemplo se entiende perfectamente de lo que hablo, o eso creo.
Vivimos en un mundo en el que todo lo que se puede tocar y probar se vende por sí solo .
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